Reflexiones de Claudia Jacinto sobre el “Servicio Cívico Voluntario” orientado a jóvenes Nini, a cargo de Gendarmería.

25 de Julio, 2019

A partir de una categoría como “jóvenes Nini”, totalmente confusa y estigmatizante, la propuesta neutraliza el análisis crítico de las desigualdades en las trayectorias juveniles. Desaparecen la heterogeneidad estructural y productiva, el contexto de desempleo, la precarización, la ruptura de las trayectorias lineales entre educación y trabajo. Se culpabiliza a los propios jóvenes por su situación. En suma, esta visión simplista desconoce que las desigualdades son multidimensionales y se potencian, en el marco de estructuras sociales y laborales heterogéneas.

¿Qué decir del absoluto desdibujamiento de la cuestión de género en el programa referido? Sobre los supuestos “Nini” (ni estudia, ni trabaja), no se ha planteado un mínimo dato estadístico básico acerca lo que esconde la categoría. Pero la mayoría de lxs llamadxs Nini son mujeres que se desempeñan en tareas en el hogar. Dado que las vinculaciones hacia el trabajo productivo y reproductivo se encuentran generizadas, las mujeres falsamente rotuladas como Nini en realidad trabajan en tareas de cuidado que realizan cotidianamente de forma no remunerada. Esa gramática de género organiza roles y caminos socialmente esperables y con nuestras prácticas as contribuimos a reproducirla. Sin embargo, el programa no solo no tiene en cuenta el tema de género: ni siquiera menciona a las mujeres. Lejísimo está de cuestionar algún aspecto de esa gramática.

Si lo miramos desde el ángulo de la rica historia de la formación para el trabajo en nuestro país en sus diferentes niveles y formatos, sabemos que es un campo de disputa entre actores, donde cada actor social, según su institucionalidad, historia, y concepciones, desarrolla (o pretende desarrollar) el modelo que concibe más adecuado a sus propios intereses. Parece ser que la Gendarmería es el actor que ganó la disputa en esta propuesta. La supuesta formación en “valores democráticos y republicanos” no sólo invisibiliza esa pluralidad de instituciones que han marcado las relaciones entre educación, trabajo y ciudadanía sino que también permite preguntarse con estupor cual será en este caso “el modelo más adecuado a sus propios intereses”. Disciplinamiento y control sin duda en el centro de la escena. ¡¿Donde quedarán los aprendizajes técnicos, los valores de la ciudadanía y la solidaridad, la promoción personal y social que tanto desde los contenidos del curso como desde sus propias experiencias hemos compartido?!

En cambio, en nuestro espacio vimos instituciones de ETP con historia, con compromiso, que promueven la reflexión crítica sobre el mercado laboral y las condiciones que ofrece especialmente a lxs jóvenes. Abordajes incluyentes y amplios, con articulaciones curriculares, y relaciones con la comunidad. También emergió el concepto de “nuevas institucionalidades” para dar cuenta de experiencias de formación profesional y educación de adultos que promueven los valores de ciudadanía, derechos sociales y laborales, el fortalecimiento subjetivo y la afirmación de los y las trabajadores/as como sujetos de derechos. Ello se produce cuando lo institucional se propone constituirse en un soporte subjetivo e incluso colectivo.

El programa “Gendarmería” parte de una estigmatización, dando lugar a una concepción improvisada y punitiva de la formación, correspondiente a una perspectiva individualizante de lxs jóvenes. El mito del NiNi oculta, como hemos visto, un proceso social más amplio vinculado al debilitamiento de las protecciones sociales donde la juventud más vulnerada aparece como un riesgo. El “no estudian ni trabajan” no responde a la realidad de las múltiples actividades de cuidado, en las familias, etc. que realizan. Pero es además una “fotografía” de un momento determinado en las estadísticas, que desconoce las biografías.

Esas trayectorias, secuencias encadenadas de sucesos en diferentes esferas de la vida, entremezclan el tiempo biográfico, social y macro-estructural. Como hemos compartido en nuestro espacio, solo esas miradas inescindibles y articuladas pueden brindarnos claves de transformación social.